Los tomates secos son una gran apuesta a la hora de cocinar, y es que la versión desecada de esta archiconocida fruta ha entrado con fuerza en el mundo de la gastronomía. Los tomates secos se pueden utilizar en multitud de recetas, y además aportan un toque muy diferente y sabroso a los platos.

Cocinar con tomates secos está muy de moda, y es que el rey de las ensaladas ofrece ahora su versión deshidratada para dar un toque diferente a multitud de preparaciones. 

Una de las grandes características de los tomates secos es que a la hora de cocinar con ellos, se puede optar por utilizarlos deshidratados o volver a hidratarlos. Ya que se pueden deshidratar los tomates también como un método de conservación. En todo caso, para volver a hidratarlos basta con sumergirlos en agua durante aproximadamente una hora.

Su formato deshidratado aporta un gran sabor a la hora de cocinar con él, además es muy versátil. Los entrantes con tomates secos, por ejemplo, son todo un éxito. Pintxos/Tapas elaborados con queso de cabra y tomate seco, o jamón serrano y tomate seco, son siempre un acierto.

Aunque sin duda una de las mejores opciones para cocinar con tomates secos son los platos de pasta. Tanto en la preparación de salsas como añadido en pedacitos, el tomate seco es la versión más fina y sabrosa del tomate en pasta, dejando relegada a un segundo puesto la clásica salsa de tomate.

Otras de las grandes alternativas para cocinar con tomates secos es introducir los tomates en los botes de aceite. Se puede dejar un tiempo en el recipiente para que el aceite coja el sabor y después aprovechar el tomate, o simplemente dejar el tomate metido en la aceitera. Con esta fusión obtendremos un gran aliño para ensaladas o simplemente un nuevo aceite con el que adereza y dar fuerza a nuestras recetas.